¿Qué son las aerolíneas de bajo costo o «low cost»?

Las aerolíneas de bajo costo brindan a los viajeros precios muy baratos, gracias al ahorro que consiguen atacando varios frentes fundamentales:

Recortes en los servicios a los pasajeros y aumento de las plazas por avión

Los pasajes de una línea aérea de bajo costo no incluyen muchos de los servicios habituales que sí se ofrecen en las líneas aéreas convencionales, tales como un mayor cupo de maletas, los servicios de a bordo, servicios de entretenimiento, pantallas LCD, las comidas, refrigerios, y otras comodidades diversas, a veces no valoradas ni usadas por los pasajeros. Todos esos servicios no son «gratuitos», pues los estamos pagando al comprar un tiquete aunque muchos usuarios piensan erróneamente que son cortesía de la compañía, cuando no es así.

Las aerolíneas de bajo coste eliminan esos servicios de sus tarifas básicas, algunas incluso reducen el espacio entre asientos, o la calidad de los mismos así como la calidad de los materiales en cabina, con el fin de transportar más pasajeros y de reducir al máximo los costes operativos para poder ofrecer vuelos a precios extremadamente baratos. Estas compañías saben que por este lado hay margen para mucho ahorro, y retirando al usuario la obligación de pagar por todos estos servicios, consiguen crear una tarifa básica realmente económica.

Hay que aclarar que algunos de estos servicios no son eliminados, pero ya no van incluidos en la tarifa básica, y si uno desea, por ejemplo, un refrigerio, o poder llevar más maletas, o no hacer fila en el aeropuerto, debe pagarlo adicionalmente. Otros servicios, como las pantallas de entretenimiento, opciones de comodidad en los sillones, regalo de prensa, etc. generalmente sí son eliminados permanentemente. Algunas compañías aéreas, en su permanente búsqueda del máximo ahorro, persiguen la austeridad más absoluta, siendo capaces de eliminar los paños de los reposacabezas, los bolsillos para guardar objetos de los respaldos, y una larga lista de pequeñas opciones que a largo plazo suponen un ahorro considerable, y que los pasajeros ni siquiera notan o aprecian. Aunque la mayoría de los viajeros dispuestos incluso a usar el carro en trayectos largos, prefieren indudablemente una tarifa económica y un viaje rápido a cambio de prescindir de la mayoría de esos servicios.

Ahorro en infraestructura de ventas, en atención al cliente y una publicidad muy agresiva

Otro modo de ahorro fundamental es reducir al mínimo la infraestructura física para ventas y atención al cliente. Generalmente las aerolíneas de bajo costo no cuentan con el número de oficinas que tienen las compañías convencionales, probablemente disponen sólo de alguna oficina principal en una gran ciudad y poco más, ahorrando así mucho dinero en costes de infraestructura, y sobre todo en personal. La atención al cliente suele ser telefónica o via internet, centralizada, y a veces ubicada en países extranjeros para mayor ahorro de costes. Es el mismo modo de funcionamiento de los bancos que operan exclusivamente en internet: sin oficinas, sin comerciales, sin atención al cliente presencial, sin correspondencia, etc.

Las ventas las suelen realizar exclusivamente por internet, de forma directa, reduciendo al mínimo los intermediarios, con promociones muy agresivas, y haciendo que se hable mucho de ellas en los mass media. Son muy conocidos los escándalos de Ryanair, por ejemplo, cuando aseguró que estaban habilitando aviones para que los pasajeros viajen parados, de pie, como en un bus en hora pico, agarrados a una barra superior, lo cual hizo que durante semanas se hablara de esa compañía en todos los medios de comunicación. A veces únicamente una oferta puntual exageradamente baja puede hacer que se hable de la compañía durante mucho tiempo, como por ejemplo, unas ofertas de Europa a Estados Unidos por unos $200.000 pesos u ofertas a destinos nacionales por menos de $10.000 pesos. Son tácticas publicitarias muy habituales, que a la larga resultan efectivas y provechosas. Aparte de la publicidad en internet, y por la generalización de escándalos u ofertas escandalosas, los medios más utilizados son la prensa nacional, con avisos muy agresivos y llamativos, pues no tienen mucho que explicar, sólo deben mostrar sus precios.

Así mismo, las inversiones en identidad corporativa, imagen de marca, etc. no son elevadas. Al tener un mínimo de infraestructura, pocas oficinas, y al funcionar casi exclusivamente por internet, no es necesario demasiado gasto en identidad corporativa, como sí seria necesaria para bancos, cadenas de tiendas, supermercados… No hay inversión importante en logotipos, más bien se está imponiendo la tendencia de que el logotipo sea el nombre del dominio en internet de la aerolínea, como VivaColombia.co, Vueling.com, Esayjet.com, y de hecho es normal que pinten llamativamente sus aviones con la dirección de internet de la compañía en grandes caracteres. No todas lo hacen así, pero esta tendencia se está extendiendo, pues es un modo simple de conseguir visitas y ventas.

 

Operaciones en aeropuertos pequeños, de segunda categoría o de ciudades pequeñas

En Europa y Estados Unidos estas aerolíneas suelen utilizar muchos aeropuertos de segunda categoría o aeropuertos en capitales pequeñas con el fin de reducir costes de operación, y también con el propósito de ofrecer sus servicios a ciertas ciudades o regiones de segundo nivel turístico a cambio de subvenciones, lo cual, al menos en Europa, es algo muy criticado. Muchos políticos regionales y locales caen en la tentación de pagar subvenciones a estas compañías para que operen en sus aeropuertos pensando que así recibirán más turistas, cuando en la práctica no siempre es así, o al menos son turistas que, efectivamente, usan el aeropuerto, pero inmediatamente se dirigen a los destinos preferentes que desean visitar. En ocasiones, si se dejan de subvencionar a estas aerolíneas, éstas abandonan inmediatamente sus operaciones en esos pequeños aeropuertos, lo que podría considerarse hasta cierto punto como un chantaje a estas pequeñas ciudades o regiones.

Aviones más eficientes

Los aviones que conforman las flotas de estas compañías son los de mejor eficiencia, menor consumo de combustible, mayor autonomía y menores costes de mantenimiento. La buena elección de los aviones es fundamental para mantener precios competitivos, y deben estudiar las mejores opciones entre aquellos que sean idóneos para las rutas que prevén manejar, teniendo en cuenta el precio del aparato, las diferentes modalidades para hacerse con el mismo (como por ejemplo la modalidad de leasing) y el consumo de combustible y costos de mantenimiento. Airbus y Embraer son los aviones preferidos por las aerolíneas de bajo costo.

¿Ahorro en seguridad?

Si bien hay gente que tiene sospechas de que la seguridad de estas compañías no se maneje con el mismo rigor y exhaustividad que en las compañías convencionales, la realidad es que no es frecuente que estas aerolíneas «low cost» sean sancionadas por las autoridades por estas cuestiones. Pero si es factible que establezcan más vuelos por avión, aprovechen al máximo todas las rutas y ahorren todo lo posible hasta llegar a los límites que las leyes permitan.

 

Ventajas de las aerolíneas de bajo costo

Para los pasajeros la ventaja clara es el precio más económico. Un gran número de pasajeros prefiere un ahorro considerable en los pasajes por encima de disfrutar de ciertos servicios o comodidades. El pasajero medio quiere un viaje rápido y económico como opciones prioritarias, pudiendo prescindir sin ningún problema de cualquier otro servicio adicional.

Además, al ofrecer billetes baratos por sistema, el pasajero tiene más opciones de comprar su pasaje con menor tiempo de antelación sin por ello verse penalizado por tarifas abusivas como es común y corriente en otras compañías aéreas.

Otra ventaja para los pasajeros y viajeros frecuentes es que con la instalación de estas aerolíneas se reactiva la competencia con las compañías tradicionales, pueden iniciarse guerras de precios u obligar a las aerolíneas «de toda la vida» a mejorar sus servicios, en definitiva a dar más por menos. Y no sólo se entra en competencia con las aerolíneas previamente establecidas, sino que en ocasiones se ven incluso afectados otros medios de transporte como el ferrocarril, ferrys, o empresas de transporte por carretera. Todo ello redunda en un beneficio para el consumidor.

Para las regiones donde desembarquen estas aerolíneas de bajo coste, también puede suponer un beneficio, bien porque se creen nuevas rutas que antes no existían, bien por facilitar el acceso a zonas más remotas que sorpresivamente puedan convertirse en nuevos destinos turísticos, o bien porque se activen y fomente el intercambio y las comunicaciones entre regiones. En algunos países desplazarse en avión a ciertas ciudades del mismo país  era más costoso que viajar a países lejanos, lo cual cambió radicalmente gracias a la arribada de estas líneas aéreas económicas y a la apertura de nuevas rutas hacia esos destinos.

 

Pero no es oro todo lo que reluce en las aerolíneas de bajo costo…

Como hemos visto anteriormente, muchas de estas compañías «chantajean» a las pequeñas regiones y pequeños aeropuertos demandando subvenciones a cambio de operar en ellas con la promesa de atraer más pasajeros o turistas a esas zonas. Es una práctica muy habitual. En Europa muchas rutas existen únicamente por las subvenciones de estamentos regionales. Cuando cesan las subvenciones, las compañías de bajo coste abandonan sus operaciones en esos lugares.

Incluso han existido aerolíneas de bajo coste cuya rentabilidad se basaba en las subvenciones, y que han desaparecido de la noche a la mañana al mismo tiempo que dejaron de percibir dinero público.

También muchas de estas líneas aéreas de bajo costo han iniciado operaciones con un sólo avión en modalidad de leasing, y tras un breve periodo de crecimiento han quebrado, dejando en la estacada a miles de pasajeros que compraron sus tiquetes con antelación. Estos casos ya se han dado, y es que muchas de estas compañías están caminando en el borde de la navaja. Un aumento en el precio del petróleo, o un pequeño periodo de malas ventas, puede arruinar a una compañía de esta naturaleza, sobre todo en mercados donde haya mucha competencia. En algunos países las compañías tradicionales redujeron durante unos pocos meses el precio de sus tiquetes por debajo del precio que ofrecían las líneas de bajo costo, consiguiendo acabar rápidamente con muchas de ellas. Esto denota la endeblez y poco músculo de algunas de estas compañías low cost, sin embargo las realmente bien gestionadas, eficientes y capaces de ofrecer rutas innovadoras y demandadas, acaban siendo potentísima competencia para las históricas aerolíneas, adquiriendo una inmensa popularidad entre los viajeros.

Para el pasajero, la desventaja lógica es el hecho de no disponer de ningún servicio «normal» incluido en el precio de su billete. Cualquier servicio adicional debe ser pagado previamente en el momento de la reserva o ya dentro del avión, durante el viaje, como puede ser pagar por la comida, pequeños refrigerios, café, o incluso por lectura.  Algunas aerolíneas no permiten la elección del asiento, salvo que se pague una pequeña tarifa. Otras tienen límites más bajos para el peso de cada maleta, o establecen tarifas por cada maleta.  También la desventaja más obvia es la pérdida de comodidad, pues generalmente el espacio interior de los aviones se aprovecha al máximo para poder aumentar el número de asientos. El espacio para las piernas se reduce, los sillones son más austeros y menos cómodos, los servicios de entretenimiento desaparecen… etc.